Si una espina me hiere, me aparto de la espina,...pero no la aborrezco! Cuando la mezquindadenvidiosa en mi clava los dardos de su inquina,esquívase en silencio mi planta, y se encamina hacia más puro ambiente de amor y caridad.¿Rencores? ¡De qué sirven! ¿Qué logran los rencores?Ni restañan heridas, ni corrigen el mal.Mi rosal tiene apenas tiempo para dar flores,y no prodiga savias en pinchos punzadores: si pasa mi enemigo cerca de mi rosal,se llevará las rosas de más sutil esencia;y si notare en ellas algún rojo vivaz,será el de aquella sangre que su malevolenciade ayer vertió, al herirme con encono y violencia,y que el rosal devuelve, trocado en flor de paz!
Amado Nervo - Poeta México