LA ROSA EN LAS OBRAS DE:
DOÑA JOSEFA ROSALIA LUQUE ALVAREZ
“Rosas rojas del Carmelo
con pétalos de rubí
como ardientes corazones
que de amor quieren morir…”
Sea esta hermosa estrofa de la poesía que leemos en “Arpas Eternas” en el capítulo “Los festines del Carmelo”, la que encabece estas reflexiones sobre la importancia que las rosas tienen en las Obras de FCU.-
Extraemos de “Moisés, el vidente del Sinaí”, del capítulo: “En el lago Merik” el emotivo relato del renunciamiento de la Princesa Real Thimetis al trono de Egipto, como sublime ofrenda al Eterno Invisible que la eligió para ser la madre del Espíritu-Luz, Instructor y Guía de este planeta. Recién presentada al pueblo egipcio como la sucesora natural de su padre el Faraón, y con solamente quince años de edad física, su renuncia a la corona egipcia y su decisión de retirarse al lago Merik para estudiar la Ciencia Sagrada, hace doblemente valiosa su gran decisión ante la Ley Divina. Por esa razón, al llegar a su palacio del lago Merik, junto a su corte y servidumbre, la esperan su anciano maestro Amonthep y dos jóvenes Hierofantes quiénes muy poco tiempo atrás recibieron la Iniciación que ellos denominaban “ Luz de Osiris”.
Amonthep le dice a Thimetis que “…comienzas tu vida sembrando rosas y rosas
recogerás en tu camino”. Ohad y Carmi –los dos jóvenes Hierofantes se acercan a la Princesa y en nombre del Pontífice le ofrecen en un cofrecito de seda púrpura, la “Rosa de Oro” de Isis-.
Cuando Osarsip cumple sus siete años de edad, los Altos Iniciados de Menphis en Egipto, llegan hasta la Princesa Real, madre de Moisés, y le dicen que a partir de la medianoche de ese día, Osarsip ya no está más, y que ese cuerpo es la Casa-Templo del Espíritu Luz que ha penetrado dentro del mismo. (“Moisés”, edición 2001, página 52). Al mismo tiempo, le dan como ofrenda a Thimetis, un magnífico lienzo que representa a Isis sin el velo que cubría su hermosa faz, y en su diestra luciendo una esplendente Rosa amarilla, símbolo de la Sabiduría con que obsequia a sus elegidos: “La Rosa de Oro” de Isis.
Y en la página 282 de la misma edición, leemos cuando Moisés en el desierto de Pozo Durba y dentro del Santuario, le narra al Patriarca Jetro una premonición del Pontífice Membra, quién en un sueño le dijo: “Acuérdate que más allá del desierto te espera el Faraón Justo, que si fracasó dos siglos atrás, hoy espera el triunfo, la Rosa de Oro de Isis, que recibirá de tus manos”.
En la página 295, capítulo “Cómo mueren las rosas” se relata la desencarnación de la virtuosa y angelical Merik –breve encarnación de Odina el alma-esposa de Moisés: “Las rosas para morir derraman como lluvia silenciosa sus pétalos blancos, encarnados, rojos o color de oro. Dan ellas su precioso don, todo cuánto tienen hasta el último momento de su vida fugaz, y muertas ya, aún queda en su derredor la tierra que las alimentó sembrada de pétalos viviendo unas horas más que la rosa-madre que las soltó a volar antes de morir… y es la muerte de las rosas la viva imagen de lo que debe ser y es la muerte de las criaturas llegadas a un grado superior de evolución”.
Seguimos con el tema en la página 300: AHELOIN (uno de los Setenta Hermanos de Moisés de la Orden de los Mesías de mundos) le dice: “Ella (Merik) se desvaneció en un suspiro -continuó la voz. Se durmió y soñó y vio en su sueño todo cuanto la Eterna Potencia realizará por ti, y dijo al despertar: “Yo estaré a su lado en el éxtasis del Sinaí”, y estrechando las manos de tu madre que velaba a su lado, se durmió de nuevo y no despertó más. Tu madre cubrió de blancas rosas su lecho porque vio en ella otra rosa blanca que se deshojaba en tu camino”.
Un poco más adelante, Thimetis se ve sometida a una durísima prueba por entidades de las tinieblas (de su yo inferior), que la sugestionan bravamente, haciéndola caer en un estado psíquico de gran postración. Todo ese tremendo estado provocado para hacer fracasar el plan Divino, es totalmente vencido cuando en profunda meditación Thimetis ve a un niño hermoso que le dice: “¿Ya no me quieres más Thimetis? ¿Olvidas la promesa de traerme a tu lado para sembrar juntos los rosales de oro de Isis?
Cuando en el Palacio de la Princesa en el lago Merik se realiza la consagración del Templo a Isis, tiene lugar una luminosa manifestación espiritual. “los que no percibieron la visión habían sentido una fresca brisa perfumada de rosas, que se cernía como hálito divino llenando todo el sagrado recinto”. (Moisés, ed.2001, página 50)
Cuando Estrella o Séfora, esposa de Moisés, da a luz a su hijo Esen, encarnación de la Inteligencia que animara al médico real de Egipto, Atón Mosis, padre de la joven Merik (alma esposa de Moisés), Thimetis tiene una hermosísima manifestación de muy alto nivel espiritual, y ella gozosa la comunica a su hijo Moisés: “Moisés, hijo mío, ¿sabes quién velaba esta cuna?. Es Merik quién te manda este don. La he visto tan suave y bella como en su breve vida de quince años. Con ella estaba una corte de seres coronados de rosas…
Un hecho análogo a la desencarnación de la pequeña Merik, leemos en “Orígenes de la Civ. Adámica”, cuando tiene lugar la de Zurima de Arab, aquélla bella arabeña que desde su infancia soñara que encontraría en su camino a un “Príncipe formado con la luz de las estrellas”. Y su premonición tuvo debido cumplimiento cuando se encontró con el Maestro Abel, a quién Zurima amó profundamente. Al llegar sus últimos momentos de esa vida en la carne, todo su lecho fue cubierto de rosas blancas provenientes de un rosal que ella cuidaba con esmero. Y la hijita de Zurima, de nombre Alvina, era denominada por Bohindra como “la niña de las rosas blancas”…en evidente alusión a su madre, y también a que en esa criatura latía un espíritu elevado, de la Santa Alianza del Mesías.
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Son muy numerosas las citas que en las Obras de FCU, existen sobre las rosas.
No es posible transcribirlas todas porque eso excedería en mucho la composición de este escrito. En “Arpas Eternas-Cumbres y Llanuras” tenemos, por ejemplo:
“El rosal de Jhasua en Roma” – “El rosal florecido” – “Rosas blancas” – “Las rosas se van”.- En “Orígenes de la C.A.”: “Las rosas bermejas” – “Los rosales florecen” – “El rosal de las ruinas” – “Las espinas del rosal” – “Rosas blancas” “Los rosales seguían floreciendo”.- En “Moisés, el vidente del Sinaí”: “El rosal misterioso” – “Los rosales florecían” – “Cómo mueren las rosas” – “Narcisos y rosales”.- En “Arpas Eternas”, capítulo “La Gloria de Bethlem” leemos:
“¡Myriam!... le había dicho el mismo Espíritu-Luz el inolvidable día en que era coronada de rosas para desposarse con Joseph”. También en “Arpas” vemos otra mención cuando relata un éxtasis del Maestro Antulio quién al ser conducido por su Guía, llega a un gran portal (en el mundo supra-físico): “…en vez de los lotos blancos como en alto relieve, ostentaban grandes rosas bermejas de un púrpura vivo…
Nuestra amada Mamina, tituló a un bello poema suyo: “El rosal de mi esperanza”.
Estos versos pertenecen a su obra “Cinerarias”, editada en 2004 en España, dentro del conjunto de sus escritos y poesías, que tiene como nombre: “Para Ti”.-
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Dante Alighieri en su famosa obra “Divina Comedia”, coloca a la Rosa en los Cantos XXX y XXXI del “Paraíso”:
“Y si el último grado luz tan grande
abarca, ¡cuál la anchura no sería
de esta rosa en las hojas más lejanas!
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“A lo amarillo de la rosa eterna,
que se degrada y se extiende y trasmina
loas al sol que siempre es primavera”
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“En forma pues de una cándida rosa
se me mostraba la milicia santa
desposada con Cristo con su sangre”
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LA METAMORFOSIS DE LA ROSA:
“La Rosa comienza por ser semilla, dice el Maestro K.Heller. -“Un germen casi invisible. Una especie de polvillo sutil que nadie diría que lleva en su constitución atómica el hálito poderoso de una vida latente”. Prosigue describiendo la metamorfosis de la rosa que, una vez depositado su germen en la tierra en condiciones favorables, despierta, se desarrolla, echa raíces, crece, tiene brotes, tallo, hojas y finalmente corona su metamorfosis con su obra maestra, la flor del rosal, la Rosa.
Se pregunta K.H.: ¿cuándo se convierte en Rosa? ¿Cuándo es la Rosa propiamente dicha?... y agrega: “la Rosa es Rosa siempre, y siendo Rosa en todos los instantes de su desarrollo, nunca es igual. En la tierra comienza y a la tierra vuelve otra vez convertida en semilla. Es una especie de círculo evolutivo el que recorre, y en esta metamorfosis hay un punto tácito, pero muy elocuente, dentro del Ocultismo.
Dice un principio hermético, que lo último será lo primero”.
Hasta aquí el tema expuesto sabiamente por el Dr. A. Krumm Héller (Huiracocha).
En el mismo, observamos un planteamiento metafísico de enorme gravitación para los investigadores, y más todavía, para todos los que tratamos de dilucidar estos temas complejos desde el punto de vista de la Ciencia Sagrada.
El sutil aroma que emana de las rosas, es delicado, místico, nos otorga paz, una serena beatitud, y nos eleva espiritualmente.-
Un muy afectuoso y fraternal saludo para todos vosotros.-
Carlos Alejandro Villone /www.elcristoes.net